TOULOUSE
Así que cuando Cupido en persona le regala a Tine un tarro de mermelada contaminado con el bicho del amor… el dúo ve una oportunidad de oro: ¡demostrar que el amor es pura tontería!
Pero nada sale según lo previsto.
Los adultos se confunden, los corazones se agitan, las palabras se vuelven de Shakespeare… ¡Bienvenidos a una versión salvaje de El sueño de una noche de verano!
En esta adaptación moderna, los niños -Tine y Robin- dirigen el baile.
Ya no hay hadas, pero sí mucho caos… y quizá un poco de poesía.