SOREZE
Tras la aparición del cristal veneciano y bohemio, la larga búsqueda por parte de los vidrieros de un vidrio similar al cristal de roca culminó a finales del siglo XVII con el desarrollo en Inglaterra de un compuesto de plomo perfectamente transparente, con un alto índice de refracción, resistente al corte y excepcionalmente sonoro. Se le dio el nombre de cristal.
En el siglo XVIII, el secreto de su fabricación se extendió por toda Europa y se convirtió en símbolo de lujo y refinamiento. A principios del siglo XIX, los fabricantes de cristal crearon una gran moda por el cristal facetado e iniciaron el desarrollo de una verdadera escuela francesa de talla y grabado de cristal. Después, aprovechando las condiciones económicas favorables y siguiendo las modas y los cambios de gusto, las grandes manufacturas -Saint-Mandé, Clichy, Baccarat, Saint-Louis, Val Saint-Lambert en Bélgica, Daum y Lalique en el siglo XX, y muchas otras pequeñas empresas- diversificaron su producción hacia las artes decorativas, la iluminación, las botellas y la vajilla hasta hace poco, cuando la globalización redujo su hegemonía.
La preocupación por la toxicidad del plomo en los efluentes explica las prioridades actuales de los investigadores, que desean definir una nueva fórmula sin plomo con las mismas características físicas.
No se pierda esta oportunidad única de adentrarse en el resplandeciente mundo del cristal.