TOULOUSE
Ya en la Antigüedad existía aquí una calzada romana y luego un camino que conducía a la Puerta Matabiau, una de las entradas a la ciudad fortificada. El lugar tenía un interés estratégico, ya que era la puerta del octroi, punto de paso obligatorio para los comerciantes que debían pagar una entrada para vender sus mercancías en la ciudad.
En la década de 1820, la zona se convirtió en un “distrito” gracias a un carpintero llamado Joseph Bonnefoy, que dio su nombre al suburbio. Bonnefoy y su familia compraron y vendieron varias parcelas de tierra, preparando el terreno para una comunidad obrera, que pronto se amplió con la llegada del tren en 1856 a la cercana estación de Matabiau. Poco a poco fueron surgiendo pequeñas industrias textiles y mecánicas y pequeños comercios. Los horticultores construyeron sus casitas “tolosanas” para cultivar la tierra. Las “caras negras” de los ferroviarios iban y venían al ritmo de sus horas de trabajo, ¡y todo el mundo se reunía para la gran fiesta de Fénétra!
En la actualidad, el faubourg está experimentando importantes cambios urbanísticos, pero por el momento, el barrio sigue “perteneciendo” a sus habitantes, que le han dado forma a lo largo de los años. Este recorrido le llevará desde la circular Place Arago, hermana pequeña de la Place Wilson, hasta los edificios Art Déco, tan encantadores como funcionales. Luego, desde la iglesia de la Inmaculada Concepción hasta una antigua fábrica de camisas convertida en galería de arte, comprobará que sólo tiene que cruzar la avenida principal de Lyon y encontrará un sinfín de sorpresas donde menos se lo espera.
